Por Amelia López
Porque soy esposa de un jugador, arbitro y dirigente de ajedrez, la personas creen que tengo algún conocimiento iluminado del deporte. La verdad es que si alguna enfermedad padezco, esa se llama ajedrez, con un buen conjunto de trastornos. Las llegadas tarde a la casa por un torneo, después de su trabajo seglar. Días y días casi sin dirigirnos la palabra, porque el club de ajedrez, y alguna competencia, no dejaban tiempo para más. Y así sucesivamente.
Porque soy esposa de un jugador, arbitro y dirigente de ajedrez, la personas creen que tengo algún conocimiento iluminado del deporte. La verdad es que si alguna enfermedad padezco, esa se llama ajedrez, con un buen conjunto de trastornos. Las llegadas tarde a la casa por un torneo, después de su trabajo seglar. Días y días casi sin dirigirnos la palabra, porque el club de ajedrez, y alguna competencia, no dejaban tiempo para más. Y así sucesivamente.
Durante los primeros años me
inundaba un ferviente anhelo de comunicarme con él, razón por la que concurría al club alegremente. Como una amorosa esposa, munida de mate, yerba,
termo y la convicción de que intercambiaríamos más de dos palabras en nuestra charla. Me
sentaba en un rincón y esperaba hacer algo más que cebar mate sin emitir sonido.
No pasó mucho tiempo hasta que me diera
cuenta que no se podía expedir ni un simple murmullo, sin ser asesinada con la
mirada de algún tierno jugador. ¡Oh
ajedrecistas del mundo! ¡Amaos los unos a los otros, o en su defecto os quedareis
completamente solos!
¿Ahora que tiene que ver todo
esto con este escrito? Muy sencillo, cuando no puedes vencer a tu enemigo,
buscá la mejor manera de unírtele. Es por
esa razón que elegí la más interesante; estudiar periodismo para luego hablar sobre ajedrez.
Y aquí estoy buscando escribir, que no sea lo que ya se haya dicho, y que además, no sea tan adormecedor como presenciar una partida en vivo y en directo.
Lo primero sobre lo que quise
escribir fue sobre el torneo de ajedrez que se disputó en el Club San Martín,
dónde está mi marido, que se llevó a cabo del 17 al 31 de marzo. Y honestamente, el resultado fue
una noticia, más insulsa que las noticias sociales de los diarios de pueblo. Aunque
estas últimas sirven para chismear, la mía, ni para eso. Ahí entendí que debía
contarlo de otra manera, o cambiar de idea.
Entonces algo llamó mi atención, algo
en el nombre del torneo, absoluto y femenino. Sobre eso pregunté al que sabe, es decir a mi cónyuge, y me explicó que ese
tipo de torneo se comenzó a realizar debido a la discriminación de la mujer en
el ajedrez. Entonces dije, acá tengo
otro tema: la segregación del género femenino en el ajedrez. Gran tema, pero
necesita un tiempo de investigación, imposible hacerlo ahora.
Continué la interpelación al
señor presidente de la federación de la zona sur, o sea mi marido, y le
pregunté si para ese campeonato los ganadores obtuvieron puntaje internacional,
y ahí se abrió otro tema. Los graves problemas de la Federación Argentina de
Ajedrez, razón por la que los ganadores solo tienen puntaje zonal y la
posibilidad de formar parte del equipo olímpico. Un muy interesante tema para
seguir pesquisando, pero no ya.
Luego de algunos ruegos, mi
tierno esposo, accedió a continuar la charla, y surgió la palabra ELO, y
entonces le dije:
-Y ¿qué es esto del ELO?
Su respuesta fue rápida y
contundente, “se me hace tarde, búscalo por internet” y se fue.
Ante semejante respuesta no me
quedaba otra solución que ir a preguntarle a uno de mis mejores amigos, a la
hora de husmear algo, el señor Google. ELO es un
sistema de puntuación de método matemático, basado en el cálculo estadístico,
para computar la habilidad relativa de los jugadores de ajedrez. ¿Y por qué
ELO? Porque fue inventado por don Elo, un físico estadounidense de origen
húngaro, llamado Arpad Elo.
JUAN MANUEL GAITÁN |
Aunque esto no sea una noticia ni
nada que se le parezca, si estás leyendo es importante que sepas que en la
ciudad de Avellaneda, cruzando el puente Pueyrredón, en la calle Lavalle 148
funciona el Club de Ajedrez Colegio San Martín.¿Y quién es él además de mi marido?,
José Luis Ramos, es Árbitro Nacional de Ajedrez y Presidente de la Federación de
Ajedrez del Sur del Gran Buenos Aires, FASGBA.
Como no quiero que esto sea solo
un compendio de mis desventuras, les cuento, ahora sí, a título informativo, que ganaron el campeonato el Maestro FIDE Juan Manuel Gaitán y la Maestra FIDE Daniela Fantini, Campeona Femenina, ambos representantes del Club San Martin.
DANIELA FANTINI |
Aunque el devenir de este
artículo no haya sido el más ortodoxo, lo podemos dar por terminado. Y como una
gran apasionada por la música, no se me ocurre otro final para expresar lo que
ha sido y es el ajedrez en mi vida, que no sea utilizando algunos versos de una
canción, y porque no los de un bolero,
de Manzanero: “Usted es el culpable, de todas mis angustias, de todos mis
quebrantos. Usted lleno mi vida de dulces inquietudes y amargos desencantos…”,
aunque dudo que don Armando pueda llegar a estar de acuerdo conmigo.