miércoles, 28 de mayo de 2014

DEL AJEDREZ AL STAND UP, EN UNAS POCAS MOVIDAS

Por Amelia López

Gervasio Calderón Fernández es ingeniero, maestro FIDE de ajedrez y uno de los cien mejores jugadores argentinos. Además, es humorista y actor de Stand Up. La frase que mejor lo define es la que alguna vez dijo Anatoli Kárpov: "El ajedrez es mi vida, pero mi vida no es solo el ajedrez." En una entrevista cuenta cómo llegó el ajedrez a su vida y cómo lo combina, hoy, con el stand up.

La idea del frío jugador de ajedrez se diluye con las primeras palabras y aparece la figura de un hombre cálido, seguro de sí mismo y de lo que quiere.
Gervasio Calderón Fernández nació en Buenos Aires, en el hospital Rivadavia, un 25 de mayo y vivió en Avellaneda hasta los 20, 21 años aproximadamente. Actualmente vive en Buenos Aires. 
Recuerda los primeros momentos en que el ajedrez apareció en su vida. Como aquella vez a los  7 años, cuando observaba jugar a su mamá con su hermano, 2 años mayor. “Como éramos medio pobres, armó un tablerito de papel. Y observándolos, aprendí un poco”.
Luego, su madre los llevó a una sociedad de fomento que estaba sobre Pavón, cerca de la Estación. Allí conoció a quien fue su primer Maestro de Ajedrez, Nestor Paulucci.
Evoca ese precioso momento en que su madre les compró un tablero. “Me acuerdo la emoción…, como si nos trajera un auto. Una cosa increíble.”
Expresa a través de sus palabras la fuerte admiración que tiene por su mamá, quien los crió sola, y  trabajó muy duro. Ella fue quien también le enseñó que no debía sentirse mal si perdía, que lo disfrutara. No le gustaba que fuera extremadamente competitivo.
Sus padres eran actores del “under”. Se divorciaron siendo él muy pequeño. Conoció a su padre de grande, pues se había mudado a Bolivia, país del que era oriundo.
De la sociedad de fomento pasó al Hogar Obrero, para continuar con su aprendizaje. “El Hogar Obrero funcionaba dónde está hoy el supermercado Coto, en calle Italia, casi Mitre. Era el Supercoop”, recuerda.
Representó durante sus años escolares a su escuela la N° 46 de Avellaneda en los torneos escolares que se organizaban en distintos lugares, incluido el viejo Colegio San Martín.  
Ahí conoció a muchos de los jugadores más reconocidos de Avellaneda, y se acercó más y más al ajedrez. Su pasión por las matemáticas y la lógica lo llevaron a estudiar y disfrutar el aprendizaje del deporte.
Es consciente de la fuerte influencia que ejerce el ajedrez en su cotidianidad. “En la vida, me cuesta mucho no analizar todo como si fuera una partida y esto para algunas cosas es bueno y para otras no tanto, porque uno se vuelve un poco frío. El hecho de analizar todas las opciones te da esa frialdad, más allá que la decisión sea emocional.”
El mundo del ajedrez es extremadamente machista; la mayoría no puede aceptar que puede perder con una mujer. Algo que a él no le sucede. Sabe que todo es cuestión de capacidad. “Hay grandes jugadoras de ajedrez. “
A los 17 años, llegó al ranking internacional. En 2009 llegó a ser Maestro Fide, debido a que decidió dedicarse primero a su carrera universitaria, ingeniería. En la actualidad representa al club Independiente. 

En 2012 comenzó a estudiar Stand Up, y desestructuró la base estrictamente lógica del ajedrez. Sus tiempos de juego se modificaron. Sus partidas ahora son más largas y un poco más "creativas."
Actualmente hace Shows de Stand Up en distintos lugares. Uno de ellos fue  "No Hagas Eso",  junto a otros cuatro actores, en la Sala Cortázar del Paseo La Plaza.
Gervasio Calderón pudo recordar sin dolor ni nostalgia los momentos que tuvo que vivir para ser hoy la persona polifacética que es. Combina la ingeniería, el ajedrez y el nuevo "boom" teatral, tanto en sus actividades como en su personalidad. 



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viernes, 9 de mayo de 2014

GRANDES LOGROS, POCA DIFUSIÓN

Por Romina Ramazzotti

A principios de Marzo la Selección argentina de handball femenino consiguió un empate histórico ante la Selección brasilera, actual campeón del mundo. Pese a que el resultado no alcanzó para traer al país la medalla dorada (por sistema de diferencia de gol, Brasil quedó primero), el conjunto dirigido por Eduardo Peruchena logró escribir una nueva página en la historia del handball argentino.

Como en la mayoría de los deportes amateurs en Argentina, esta conquista no logró trascender ni siquiera en los blogs del propio deporte. La pregunta es, ¿qué tiene que hacer el handball argentino para lograr la difusión que merece?

Es importante destacar que, al igual que en la mayoría de los deportes, existe una gran diferencia entre hombres y mujeres. El balonmano (así se dice en España) masculino ha logrado un crecimiento mediático en este último tiempo. Esto se debe a los grandes triunfos que han conseguido la Selección masculina y algunos de sus jugadores. Diego Simonet, actual jugador del seleccionado argentino, forma parte del Montpellier francés, uno de los equipos con mayor trascendencia histórica mundial.

Es por eso que la pregunta formulada anteriormente, debe transformarse. ¿Qué tiene que hacer el handball FEMENINO para lograr la difusión que merece? Parece ser un interrogante bastante difícil de responder. Haber logrado un empate ante el campeón del mundo y una medalla plateada en los Juegos Odesur 2014 no es suficiente para los medios masivos.

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El pasado abril, el país fue sede del Panamericano Junior femenino (categoría sub 20) y el Panamericano Juvenil masculino (sub 18), pero la única difusión que existió eran los propios jugadores que compartieron sus compromisos a través de las redes sociales. ¿Quiénes son los encargados en este aspecto? ¿Por qué no hay interés por parte de las organizaciones encargadas? Más allá de la poca gente informada, los chicos pudieron disputar todos los partidos a cancha llena, ya que el “mundo handball” logró presenciar y disfrutar todos los partidos. En estos campeonatos, la selección Junior consiguió un tercer puesto y la clasificación al Mundial a disputarse a fines de junio en Croacia. Y la Juvenil, quien perdió la chance de clasificar a los Juegos Olímpicos de la Juventud (solo clasificaba el primero), consiguió una medalla plateada.

Pese a todos estos logros, el handball, y el handball femenino, siguen luchando para poder sobrevivir ante los grandes deportes que acaparan toda la atención, por lo menos la de los medios. La respuesta a cómo cambiar esta sistemática parece no tener respuesta, por lo menos por ahora.